UN VIAJE AL CORAZÓN DE OMÁN 

El aroma está profundamente entretejido en la sociedad de Omán. La perfumería oriental no se entiende si no es dentro de las costumbres de este pueblo: con su origen en la religión y los rituales, el perfume salió de la categoría de lo sagrado para incorporarse en la vida cotidiana hasta convertirse en una forma de autoexpresión artística. Y tanto es así que en Omán la gente convive con el arte de perfumarse de manera totalmente natural: la costumbre de aplicarse fragancias se amplía a la ropa y el cabello además del cuerpo, y el hábito de mezclar aromas (lo que conocemos como layering) es un acto frecuente y común.

Estas prácticas se han ido extendiendo a lo largo de los siglos, pero en Omán forman parte de una tradición totalmente arraigada y apreciada.

Y para reflejar este orgullo es como nació Amouage, un homenaje a la tradición de la perfumería omaní mediante la unión única de Oriente y Occidente.

Amouage se estableció en 1983, cuando el sultán Qaboos Bin Said ordenó fundar una empresa para preservar las tradiciones de fabricación de perfumes de Omán. Su afán de restaurar la antigua gloria de su pueblo se unió a su intención de crear un regalo digno para ofrecer a todos los príncipes del mundo cuando visitaran el país. Y fue así como nació The Gift Of Kings y el sueño tomó el nombre de Amouage.

El refinamiento de la marca de fragancias puede apreciarse ya en sus primeros perfumes: GOLD WOMAN y GOLD MAN, en los que también se deja ver el diseño de sus icónicos frascos. Éstos emulan la forma de una daga ceremonial omaní – símbolo nacional de Omán que puede rastrearse en los frascos masculinos – y la forma de una cúpula del Medio Oriente – insinuada en los frascos femeninos gracias a sus líneas curvas -.  Es precisamente en esta última forma la que puede remitirnos a uno de los emblemas del paisaje omaní, la Gran Mezquita del Sultán Qaboos, la más famosa del país.

Pero la arquitectura y los paisajes de Omán no solo están detrás de los frascos de Amouage, sino que se convierten en la fuente de inspiración inagotable de las creaciones olfativas y creativas de la casa de fragancias.

Omán es una tierra de contrastes: desierto, montañas y valles inundan este paisaje que se nos antoja remoto y que nos lleva a fantasear con cuentos de las mil y una noches. La impresionante naturaleza del Sultanato, sus contornos pintorescos, sus colores y su esencia se dejan entrever en los aromas excepcionales de Amouage, y especialmente en las últimas creaciones que contienen el sello de Renaud Salmon (director de experiencia de Amouage).

EXPLORANDO OMÁN A TRAVÉS DE SUS AROMAS

El homenaje a las tradiciones y los paisajes de Omán conforma la identidad única de Amouage. La riqueza, la hospitalidad y la elegancia de este país son puntales que sostienen la historia de la marca. Pero si por algo destaca Amouage como una firma de lujo internacional es por su uso innovador de las esencias locales.

Exploramos algunos de los puntos más destacados del Sultanato del Golfo Pérsico para encontrar en su geografía las huellas de la tradición oriental del perfume y la reinterpretación creativa de Amouage.

MASCATE: la capital de la imponente mezquita

Encajonada entre el mar y la montaña se encuentra la capital de Omán, Mascate. Esta ciudad, moderna y avanzada, alberga la imponente Mezquita del Sultán Qaboos, un gran edificio de líneas y colores puros en el que destaca su cúpula central.  Ésta es un verdadero ejemplo de la arquitectura omaní, en el que se puede rastrear claramente la referencia para los frascos femeninos de Amouage: su tapón imantado de líneas sinuosas y curvas coronado por un cristal rememora la cúpula de la Gran Mezquita del Sultán Qaboos.  

Podemos apreciar esta forma en creaciones tan emblemáticas como DIA Woman, una fragancia sofisticada y enigmática como la Gran Mezquita en cuyas notas de base se encuentran algunos de los ingredientes y esencias locales más destacadas, como el almizcle, el incienso o el sándalo. Una creación floral de Jean Claude Ellena que exuda la cultura y el entorno omaní.

NIZWA: un paraíso interior

Omán esconde una ciudad interior de gran belleza: Nizwa. Vale la pena perderse por sus calles en tonos marrones para encontrar el elemento regional por excelencia: el khanjar. Estas dagas tradicionales usadas por los hombres omaníes proliferan en el zoco de Nizwa, en el que también se pueden encontrar infinitas especias, dulces y perfumes. Es precisamente la forma de la empuñadura de estas dagas la que inspira el diseño de los frascos masculinos de Amouage, y es también el aroma de los mercados con sus especias lo que encontramos en el perfume JOURNEY Man. Esta creación llena de matices se abre con pimienta de Sichuan, neroli y bergamota, que blanquean el toque de cardamomo picante. Una fragancia especiada de Pierre Negrin y Alberto Morillas.

RAS AL JINZ: la costa de Simbad el Marino

El legendario navegante Simbad el Marino, cuyas leyendas son ampliamente conocidas, seguramente surcó las aguas del mar de Sur. En sus playas de arena blanca y aguas turquesas, las tortugas verdes se reúnen para desovan cada año al anochecer. El enclave de Ras Al Jinz es un verdadero santuario donde apreciar a estos animales, y es, además, el paisaje que inspira el perfume ASHORE. Esta embriagadora fragancia floral -jazmín, ámbar gris y sándalo – ofrece una interpretación olfativa de la unión del sol con la arena y las olas, mientras que el cardamomo y la cúrcuma recuerdan al aroma de las especias de la India.

SALALAH: una maravilla natural

Con un clima tropical único, la provincia más alejada de Omán impresiona con sus exuberantes montañas y verdes arroyos. Nos referimos a Salalah, un lugar que debe su apariencia a un fenómeno climático especial conocido como el “monzón de Salalah”. Cada año durante 3 meses, el monzón cubre Salalah con nubes, lluvia y niebla, un curioso fenómeno que inspira el perfume MEANDER de Amouage. Esta fragancia explora de forma creativa la surrealista niebla de Salalah a partir del uso del frankincense y el vetiver ahumado, las ricas notas verdes con cypriol y narciso y el sándalo terroso de la base.