DANBEL NICHE
DANBEL NICHE
¿Qué diferencia a un Eau de Parfum, de un Eau de Toilette o de un Eau de Cologne? El perfume es una herramienta de autoexpresión muy potente, y del mismo modo que existen múltiples personalidades y gustos, también existen diferentes tipos de perfume. Encuentre las claves para conocer sus diferencias y acertar con el adecuado.
Escoger un aroma acertado para nosotros puede resultar una tarea bastante compleja. La diversidad en el ámbito del perfume es enorme: la interacción entre los distintos ingredientes es tan particular como el aroma que adquiere una fragancia en cada piel, y la amplia gama de perfumes entre la que elegir no contribuye a la hora de facilitar la selección.
Además, si tenemos en cuenta que el perfume funciona como una herramienta de autoexpresión y de estilo propio y que tiene la función de ayudarnos a definir y construir nuestra personalidad, decantarse por un perfume en concreto puede convertirse en algo abrumador.
Existen muchos tipos de fragancias que se clasifican por categorías. Estas categorías ayudan a definir los diferentes tipos de perfumes en función de elementos como su duración o su intensidad, y éstas dependerán de la concentración de aceite de perfume puro que el perfumista haya utilizado en la fórmula.
Pero a la hora de escoger siempre hay que tener en cuenta aquello que quiere transmitir o comunicar un aroma. Lo que inclinará la balanza a la hora de elegir uno u otra será un acto totalmente subjetivo que dependerá del gusto personal, las exigencias de cada uno y del momento, los atributos que nos hagan vernos reflejados en un determinado aroma y los estados de ánimo que un perfume consiga favorecer.
El objetivo final que deberíamos perseguir es expresarnos a nosotros mismos desde el interior. Y es precisamente en el interior de las fragancias donde hay que mirar para entenderlas y decantarnos por uno u otro tipo.
ENTENDER LAS FRAGANCIAS
Las composiciones de los perfumes provienen de un acto de creación totalmente personal del perfumista, y los ingredientes son los actores principales. Muchas veces, la inspiración a la hora de idear una nueva fragancia viene incluso de uno o varios ingredientes. Este protagonismo que adquieren los ingredientes y la complejidad que supone entender cómo funcionan unos maridados con otros, ha llevado a buscar un orden mediante clasificaciones.
Para traducir la narración creativa de un perfumista, muchas veces se utiliza la clasificación tradicional de la pirámide olfativa, que explica las fases de evolución que experimenta un perfume una vez se aplica. La pirámide olfativa establece que existen las notas de salida, las notas de corazón y las notas de base, y conseguir el equilibrio entre todas ellas depende de la pericia del perfumista. Según explica la Academia del Perfume cuando instruye sobre los perfumes, “se trata de composiciones complejas en las que cada nota cumple su función, unas son protagonistas, otras facilitan una transición, otras compensan el impacto de las que destacan demasiado para suavizarlo o, todo lo contrario, buscan potenciar esa nota que no suena tanto”.
Por norma general, las primeras notas que se sienten en una fragancia (notas de salida) son aquellas que resultan ser las más volátiles, aquellas que se evaporan rápidamente después de la aplicación. Su función es generar en nosotros una primera impresión, y es por ello por lo que suelen ser notas frescas y atractivas. Pasados unos minutos, es posible sentir las notas de corazón, mucho más ricas en matices y duraderas que las de salida. Finalmente, se pueden experimentar las notas de base, que aportan profundidad e intensidad a la fragancia, además de tener mayor longevidad en cuanto a duración.
Según explican desde la firma The House of Creed, “estas diferentes áreas de la pirámide se pueden minimizar o potenciar, y esto tiende a influir en la concentración del material en bruto en una fórmula. Solo el perfumista comprende verdaderamente el porcentaje de materias primas que se le da a su creación; dependiendo del volumen de cada ingrediente, el aroma final de la fragancia será muy diferente. Ese porcentaje final óptimo dado a la fórmula puede llevar muchos meses de experimentación hasta que se finaliza”.
TIPOS DE FRAGANCIAS
Los diferentes tipos de fragancias se identifican por términos o categorías que indican la concentración o porcentaje de aceite de perfume utilizado en la creación. Encontramos el Eau de Parfum, el Eau de Toilette y el Eau de Cologne. Cuanto mayor es la concentración, más intenso y duradero suele ser el aroma.
¿Qué es un Eau de Parfum?
Después del Parfum puro o extracto (cuya concentración aproximada es del 30-40%), el Eau de Parfum es el que suele tener la concentración más alta (entre el 17-20%). A menudo, en los Eau de Parfum se pone mayor énfasis en el corazón y la base, para lograr así un efecto más solemne y lujoso.
¿Qué es un Eau de Toilette?
Un Eau de Toilette tiende a tener una concentración más baja de ingredientes aromáticos que un Eau de Parfum (aproximadamente del 12-15%). Normalmente su salida tiene mayor protagonismo y las notas se perciben de forma poderosa, pero éstas son más volátiles, por lo que se asientan en la piel rápidamente y dejan una sensación de frescura. El efecto de este tipo de perfume es más enérgico, lo que lo hace ideal para un aroma de día.
¿Qué es un Eau de Cologne?
El porcentaje clásico de un Eau de Cologne tiende a ser la concentración más baja en el mundo de los perfumes (aproximadamente del 7%). Se caracteriza por tener fuertes notas de salida y una pequeña base de notas herbales.
Aunque hay que tener en cuenta que existen creencias muy arraigadas que son erróneas y que pueden llevarnos a confusión a la hora de interpretar un perfume. Una de ellas es el uso indebido del término “colonia” para referirse a una fragancia de cualquier concentración. Otra es la desacertada idea de que un Eau de Parfum tiene un aroma mucho más fuerte que un Eau de Toilette o un Eau de Cologne. Esto no es cierto del todo, ya que hay que tener en cuenta que siempre entra en juego la inspiración del perfumista y la historia que quiere contar. Esto incidirá directamente en las concentraciones que use, lo que hará variar totalmente la fragancia.
Como ejemplo para entender esto último se puede valorar el caso de Viking Cologne de The House of Creed. Para esta creación, que se clasifica como un Eau de Parfum debido a su base duradera, se buscó la inspiración de la frescura en la historia de un agua de colonia. De ese modo, Viking Cologne combina el carácter intenso de un Eau de Parfum con el toque vigorizante de un Eau de Cologne.